Lic. Carolina Magliotto (MN 36469) Psicóloga. Psicoanalista (U.B.A.)
Lic. Esteban Sinay (MN 25914). Psicólogo Clínico y psico laboral. (U.B.A.)
Poder detenernos y reflexionar sobre las situaciones complejas y los efectos de haber atravesado una pandemia, quizás sea un buen comienzo para privilegiar el cuidado de nuestra salud mental.
Procesar, elaborar y tramitar lo acontecido, no sólo habilita el terreno de la reparación, sino que también potencia el surgimiento de nuevos saberes y herramientas que mejoren en el horizonte nuestra calidad de vida.
Si bien nuestro aparato psíquico funciona regulando y equilibrando las tensiones, cuando excede su capacidad de carga, requiere la utilización de todos los mecanismos a su alcance para su defensa y protección.
Dichos procesos acontecen fuera del alcance de nuestra conciencia, aunque podemos advertirlos a través de sus manifestaciones en forma de síntomas, malestares y/o padecimientos.
En situaciones extremas esto adquiere un valor de mayor relevancia teniendo en cuenta que el lugar que le otorgamos a lo que nos resulta inconciliable puede ofrecer desde diferentes escenarios de tramitación hasta los modos de negación más irracionales.
En tiempos donde todo se vio modificado y fue necesario instalar otras formas de llevar adelante la vida, incorporar la interacción a distancia y los instrumentos tecnológicos permitieron -en gran medida- mantener activas nuestras prácticas y gran parte de los lazos afectivos.
En este marco, la modalidad de teletrabajo que muchos debimos adoptar en la emergencia sanitaria, puede ser hoy incorporada como un estilo de vida laboral novedoso y enriquecido por aquellas condiciones que entendemos favorecen el cuidado de la salud mental, el bienestar general y resultan facilitadores de la tarea.
¿Qué elementos nos pueden acompañar y sumar a la consecución de buenas prácticas para el cuidado de la salud mental de los teletrabajadores y las teletrabajadoras?
- Disminuir el estrés cotidiano: se puede experimentar, en primer lugar, una actitud diferente y placentera al eliminar el cansancio y la tensión que generan el traslado, la vorágine del tránsito y el cumplimiento de un horario de llegada y salida.
Permanecer en un espacio de trabajo elegido más libremente redunda en una sensación de mayor libertad, comodidad y relax.
- Organizar la rutina cotidiana y los horarios de trabajo: estos pueden ser diseñados de manera más individualizada, de tal forma que incluyan algunos hábitos saludables que se pueden ver dificultados en otros espacios, como ser el tiempo dedicado a un buen desayuno, el almuerzo pausado y en compañía de la familia, la incorporación de períodos para realizar ejercicio físico, la compatibilización con otras actividades, entre otras.
- Incluir pausas mentales activas: estas pueden reducir el agotamiento y el estrés a la vez que brindan la oportunidad para lograr pensamientos más creativos y satisfactorios.
- Planificar y recrear el espacio físico: disponer de un espacio cálido y cómodo desde donde se realizará la tarea, adaptado a las propias necesidades, a fin de promover y estimular la motivación, la concentración y el tiempo de permanencia.
Es muy importante, al finalizar el momento destinado para teletrabajar, cambiar de ambiente, de lugar físico, salir, tomar aire fresco, movilizarse al aire libre.
- Mantener el contacto y las relaciones de manera fluida: hablar y escuchar a diario a las personas del entorno laboral cercano puede potenciar vínculos de confianza y sentido de pertenencia, generando y recibiendo apoyo, transformándose en relaciones más contenedoras y comprometidas con el objetivo colectivo.
Además, priorizar las relaciones familiares, de amistad o de afinidad para establecer y garantizar redes de afecto y contención.
- Diferir el tiempo cronológico del tiempo lógico: el primero siempre de carácter lineal y consecutivo, mientras que el segundo permite incluir versiones más humanas y subjetivas del entorno, dando lugar al aumento de la tolerancia y la solidaridad con el otro.
- Consultar con especialistas: frente a la aparición o profundización de síntomas relacionados al estrés, a la ansiedad, a dificultades para conciliar o mantener el sueño, sensación de angustia o cambios de humor.
Asimismo, se debe prestar especial atención a los teletrabajadores con antecedentes de problemáticas relacionadas a la salud mental, adicciones, tratamiento con psicofármacos.
Se recomienda fuertemente evitar la sobreinformación y estar atentos al fenómeno intrusivo que pueden generar las cataratas de consejos como recetas mágicas, que muchas veces tienden a dificultar la conexión con lo propio, ofreciendo modelos ideales alejados del saber científico.
- Priorizar el pensamiento y la reflexión: el imperativo de hacer y producir automáticamente y de manera mecánica podría reemplazarse por el intento de movilizar los recursos personales en propuestas con sentido, que aloje diferentes y nuevas iniciativas.
Darse la oportunidad de ser creativos, diferentes y reversionados para evitar lo rutinario, la desmotivación y el aburrimiento.
- Resignificar las prácticas: puede promover el fortalecimiento tanto de proyectos laborales como de proyectos de vida.
Potenciarse y nutrirse de todo aquello nos genera satisfacción, nuevos desafíos, bienestar y motivación.
- Reflexionar: abrirse en forma de expresión, de distensión, pero, sobre todo, como una forma de construcción de modelos de trabajo cuidados que respondan a la necesidad de nuestra época, en el sentido de reparación y de renovación.
El cuidado de la salud mental es una de las buenas prácticas a adoptar para obtener un Teletrabajo 4.S. (Sano, Seguro, Sustentable y Sostenible).